Un pretexto con cariño

Hoy resulta ser que es 14 de febrero, la fecha plenamente instalada y con el holograma más que puesto para celebrar el amor y la amistad, ¿y qué puedo hacer? No se puede hacer uno el desentendido, si lo único que falta es que el sol despierte este día con forma de corazón y las nubes con forma de osos de peluche, ¡qué emoción! Llegó San Valentín. Ahora honestamente y sin ninguna pizca de sarcasmo, estoy segura de que muchos estarán de acuerdo conmigo, he tenido miles de mejores encuentros amistosos, y claro, románticos en cualquier otro día, esté día la verdad no es buen día para ir a los restaurantes, estarán atascados, y un regalo se recibe mejor, cuando aparentemente no hay un motivo para recibirlo.
Ahora bien, tampoco pretendo hacer un club Antí-San Valentín. Alguna vez leí una frase expresada por la Madre Teresa: "Nunca iré a una concentración antibelicista. Cuando hagáis una concentración a favor de la paz, invitadme" bajo esa consideración, no pretendo unirme al club de personas que odian el día de San Valentín y planean algo para sabotearlo, como ignorar que es el día de San Valentín, o dar una explicación cada vez que alguien exprese cariño en este día el porque nos parece que no es del todo adecuado, simplemente comprendo que hay mucho más para el amor que una fecha, y que honestamente esto es una fiesta mercantilista, pero esto lo digo, aquí en confianza, porque si cualquiera quiere desearme un feliz día de San Valentín, con gusto agradeceré la buena intención y hasta diré: “igualmente, feliz día del cariño para ti también” sin mayores explicaciones, porque al final de cuentas cualquier pretexto es bueno para hacer el amor y no la guerra…