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lunes, 3 de marzo de 2008

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Tras esbozar una breve sonrisa de tonta, proseguí leyendo el periódico; o fingía que lo hacía. Su presencia me ponía nerviosa; sabía que me miraba por el rabillo del ojo, y él sabía que yo lo hacía también. Un incisivo ataque de miradas.
La biblioteca estaba casi vacía; sólo él, yo, y unas cuantas personas más, esparcidas por las mesas que habían, éramos los únicos que la ocupaban. Yo en frente de él, (pero a lo lejos), y él en frente de mí (intentando acercarse). Tan sólo unos pasos nos habrían hecho recaer, como en el pasado. Siempre decimos que no, y siempre vuelve a ocurrir. “Esta vez no” me dije, incluso convencida.
Supongo que él estaría pensando lo mismo. Ambos estábamos comprometidos con otra persona, pero nuestros deslices frecuentaban; quizás la atracción mutua era más fuerte que el amor; aunque en realidad no creo ni si quiera que amásemos a aquellos que nos amaban a nosotros. Éramos unos completos egoístas.
La verdad era que hacía tiempo que no nos veíamos, y que habíamos decidido terminar con la aventura. Él de nuevo me miró y creo fue sin resistirlo, se acercó hasta mí.
-De nuevo juntos- me dijo.
-No creas que esta vez va a pasar lo mismo- aclaré yo.
-Tranquila, vengo con otro propósito. He cambiado.- reía- Sólo quiero conversar contigo. ¿Vamos a dar un paseo?
Intenté buscar en su mirada un signo delatador, más nada había en ella; sólo la inocencia de un hombre que quería dar un paseo con una amiga que no veía desde hacía algún tiempo; así es que, cedí.
Una vez fuera de la biblioteca, paseamos por toda la ciudad, recordamos viejos tiempos, y de nuevo sentí aquella atracción que había oprimido durante varios meses; aunque la verdad era que me sentía más tranquila al saber que él no tenía intenciones de llegar muy lejos. Me pararía los pies.
Tras una larga charla, abundante de risas, me preguntó si le podía acompañar hasta su casa para coger una chaqueta.
Yo dije que sí, sin desconfiar, y allá que íbamos encaminados.
Una vez en su portal, también insistió para que subiera y viera la reforma que le había hecho al piso. Hasta que al final me vi de nuevo en aquella casa donde había pasado tardes y noches encantadoras y emocionantes. Me senté en el salón, y contemplé para ver si había cambiado algo, pero todo estaba igual. Mientras, él fue a su habitación a coger una chaquetilla, ya que había refrescado.
Su novia estaría en Valencia como de costumbre… “No, olvídate.” Sabía mis propias intenciones, pero debía tener más fuerza de voluntad.
Cuando de nuevo regresó al salón, ya con la chaqueta, le miré profundamente a los ojos, y le dije:
-En realidad no has cambiado en absoluto.
El esbozó una sonrisa cariñosa.
-Cielo, tú tampoco lo has hecho, sino ¿Por qué estás sentada en el sofá donde veces atrás nos entregamos?
Sin nada que decir, él se fue acercando lentamente hacia mí, y veía cómo nuestras bocas se iban a fundir en una, hasta que yo me resistí.
-Esta vez no.
Me levanté aprisa, cogí mis cosas, y me encaminé hacia la puerta. Pero maldito momento en el que tuve que parar para mirarle.
Ambos nos miramos.
-¿De verdad quieres marcharte?- me preguntó sin vacilar., y , en un instante, corrimos al encuentro del otro y la pasión se apoderó en nuestros cuerpos. No quiero contar lo que hicimos, aunque tampoco me arrepiento.

Y ahí está de nuevo él. Ahora que me lo he vuelto a encontrar, Dios sabe lo que nos aguarda. Parece que me persigue, allá adonde yo voy él está: único, misterioso, impredecible…
Y junto a él, se encuentra su sonrisa, atacándome, como si ya supiera que de nuevo voy a recaer en sus brazos; y aunque yo también lo sé, esta vez tengo que hacerlo de una manera para que no sea yo la que tiene poca fuerza de voluntad. Esta vez, será él quien caerá en mis encantos y descubrirá que no puede hacer lo que quiera conmigo, sino lo que yo quiera con él.
Laura Martínez.
Foto: Por Cristina Ruíz.

10 comentarios:

Itten dijo...

Cazando al cazador...

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Esta ya me gusta más, muy buena la historia. ¡Premio Planeta ya! ¡Si Boris llega a la final tu también! jaja.

Un saludo

difusa dijo...

Dulce venganza .... Mantienes al lector capturado hasta el final!Una humilde sugerencia:
sentada en el sofa ... usas "emocionante" no será un tanto suave par describir las vivencias pasadas?

Electric Feel dijo...

Me gusto muchisímo el texto, centrado en la dulce venganza & toques de pasión & sensualidad.
Saludos

EteAN! dijo...

realmente atrapa... lo encontre intenso... recuerdan aquellas mentiras verdaderas en las cuales todos, alguna vez caimos...

Greetings...

Jaime Daniel dijo...

Continuará???

Saludos cordiales!!!

Neus Torres Tamarit dijo...

que inocentes solemos ser a veces..

Me ha gustado, aunque desde un principio sabía como acabaría.

Saludos!

Pau dijo...

Creo que en alguna oportunidad me sentí como la protagonista...pero al fin, la razón pudo más que el corazón.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

MIncreible la historia pero yo me tengo que enterar con quien a sido eso.xD probablemente este sea el comentario mas soso xD pero bueno que me ha gustado mucho y que ya nos veremos mañana.

Adios Besos Wapa

—(•·÷[(v)ãrïØ]÷·•)—

Matías Irarrázabal dijo...

Excelente texto no se que comentar... una atración fatal un juego que no sabe quien finalmente ganara...

saludos cordiales

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