Grupo Asobe: Danza Macabra et Memento Mori

miércoles, 21 de mayo de 2008

Danza Macabra et Memento Mori


Yo quisiera danzar con la muerte, con los ojos vendados y el cuerpo desnudo.

La danza macabra o de la muerte fue una representación que se llevó a cabo antes y durante la Edad Media. Consistía en realizar un baile en los cementerios o detrás de las iglesias. Existen pocos datos de su origen debido a las diferentes posturas de las investigaciones que se han realizado, pero un estimado nos dice que surgió entre el siglo XIII y el siglo XVI. La Danza y la Muerte se ligan por una especie de sarcasmo conceptual, en una patética pareja.

El espectáculo contaba con la participación varias personas representando a los muertos volviendo del inframundo con cantos lamentosos acompañados, generalmente, por músicos. La muerte que portaba una máscara en forma de cráneo se acercaba al público y entablaba una conversación en verso con su víctima, cuyo objeto era postergar el fin inevitable, la jerarquía en que éstos eran llevados a las partes más profundas del cementerio era regida por el estamento al que perteneciera la persona, así era el Rey u obispo, según fuera el caso, quien ocupaba el primer lugar, seguido de los artesanos y finalmente el pueblo, pero nadie se salvaba de bailar con al muerte y ser llevado.

Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, Suiza y España, fueron los países en dónde tuvo más fuerza ésta práctica aunque es probable que en el resto de los países europeos también se difundiera.

Su influencia se vio reflejada no solo en quienes realizaban dicho acto, sino también en la pintura, la literatura y claro, en la música. Hans Holbein es uno de los grabadores más reconocidos de la danza macabra aunque sin duda no fue el único, la mayoría de las pinturas se encuentran en el anonimato.

Dentro de la literatura, Quevedo tiene influencias de este ritual, en su poesía y, especialmente en Los sueños; he aquí un fragmento de El sueño de la muerte:

[…]


En esto entró una que parecía mujer, muy galana y llena de coronas, cetros, hoces, abarcas, chapines, tiaras, caperuzas, mitras, monteras, brocados, pellejos, seda, oro, garrotes, diamantes, serones, perlas y guijarros. Un ojo abierto y otro cerrado, vestida y desnuda de todas colores; por el un lado era moza y por el otro era vieja; unas veces venía despacio y otras aprisa; parecía que estaba lejos y estaba cerca, y cuando pensé que empezaba a entrar estaba ya a mi cabecera. Yo me quedé como hombre que le preguntan qué es cosi y cosa, viendo tan extraño ajuar y tan desbaratada compostura. No me espantó; suspendióme, y no sin risa, porque bien mirado era figura donosa. Preguntéle quién era y díjome:


-La Muerte


[…]


Además ha sido inmortalizada en algunas iglesias, o grabados sobre tumbas de viejos cementerios europeos, algunos de éstos, vienen acompañados de versos que representan los diálogos entre la muerte y su víctima.


Otro poeta destacado es Jorge Manrique con sus famosas Coplas por la muerte de su padre, quien forma parte de los más destacado poetas medievales que inmortalizaron a la muerte, de igual forma que su contemporáneo Froidmont Helinand quien aplica un estilo Memento mori el cual consiste en hacer reiteración en el conocimiento de la propia muerte:


Morz fair a chascun sa droiture,
Morz fait a toz drite mesure,
Morz poise toz a juste pois…


En 1874, el músico francés Camille Saint-Saëns compuso una pieza que lleva el nombre de “La dance macabre”, misma, que fue inspirada en un poema de Henri Cazalis que diría algo como esto:


Zig, zig, zig, La muerte decadente
No asombra con su batuta desde la tumba
La muerte toca su melodía a la media noche
Zig, zig, zig, en su violín.
The winter wind blows and the night is dark;
Moans are heard in the linden trees.



Un punto que llamó mi atención, fue la presencia de la iglesia; pues si bien habla de esto al pueblo, no se tiene la intención de adoctrinar, ya que en ningún momento se menciona a Dios. Es más una visión efímera del entorno. Y resulta extraño pues no es, sino hasta el Renacimiento que, cambia el estudio del hombre, al hombre y para el hombre, y no en Dios. No es que se haya hecho un estudio en base a la muerte o a éstas danzas antes de incluir al rey y a los obispos, pero la intención con la que se llevaban a cabo es claramente pagana. Ya después pagarían con la Inquisición.

1 comentarios:

elpinguino dijo...

...... te digo que uno siempre aprende cosas........

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