Grupo Asobe: ¡Keynesianos del mundo!

jueves, 19 de marzo de 2009

¡Keynesianos del mundo!

Que no. No es el modelo liberal el que ha fracasado. EEUU no es un ejemplo de país liberal. Principalmente porque el modelo financiero es resultado de algo que idearon los keynesianos. Esos que dicen que “hay que crear empleo incluso abriendo zanjas sin sentido”. ¡Viva la socialdemocracia!

Tengo un amigo de Juventudes Socialistas que confunde el “sistema de los banqueros” con el “sistema capitalista”. Luego acaba declarándose keynesiano (eso de que el ahorro es igual al consumo no se lo creía ni él). El sistema monetario imperante no es muy liberal. La moneda la controla Papá Estado; y los Bancos Centrales, primitos del Estado, intervienen los mercados crediticios.

De hecho bajar los tipos de interés al 1 %, como hizo Greenspan en 2001, no es muy liberal. Incluso es keynesiano. Crear problemas de la nada con tal de que haya más empleo público también lo es. Quizá por eso el actual Nobel de Economía, Paul Krugman, neokeynesiano de pro, defendió la guerra de Irak (desde el punto de vista económico; políticamente está en contra) porque, desde su punto de vista, actúa como “Programa Público de Trabajo”.

La Reserva Federal es otro organismo inservible que está metido de lleno en las causas de esta crisis. Hay que optar de una vez por abolirla. La política de bajar tipos de interés ya citada por parte de Greenspan es un claro ejemplo. Ron Paul ya ha pedido acabar con la FED.

Lo que habría que hacer es acabar con los Bancos Centrales. Son un sistema de planificación económica como otro cualquiera. Con libertad monetaria los bancos comerciales emitirían su propia moneda. Pero, si no fuera posible acabar con los Bancos Centrales, sí sería posible que pusieran en práctica todo lo contrario de lo que han hecho hasta ahora: que pongan en marcha unas tasas altas para fomentar el ahorro (que es demanda futura), y que la gente adquiera responsabilidad y sepa dónde mete el dinero. Por otro lado, tendría que poner tipos de interés altos, que, aunque implican menor crecimiento, no generan inflación protegiendo a las familias de la misma.

Pero Keynes no había más que uno. Y él tenía una decencia adquirida que los neokeynesianos no tienen. Éstos confunden “neocon” con “liberal”, aunque los primeros sean de lo más intervencionista que se ha visto en tiempo. La prueba es que con Bush el gasto público aumentó a un ritmo increíble.

Keynes le confesó en privado a Hayek que, al final, perdió su debate. Que Hayek lo ganó. En la misma conversación Keynes dijo que los keynesianos “son unos tontos”. Que se entere Krugman.

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