Grupo Asobe: Crónicas de días interminables II: abnegación y tiempo

lunes, 10 de marzo de 2008

Crónicas de días interminables II: abnegación y tiempo

Crónicas de días interminables II: abnegación y tiempo

Desde hace tiempo comencé a reconstruir los escombros de un paraíso lejano a nuestro pensamiento coloquial, misterio inexistencial, preludio de todo aquello creado hasta ahora, aun estaba en medida lejos de establecer mi sacrificio a la humanidad levantando estamentos luminosos dejado por nuestros antiguos dioses caídos. El rencor de no existir no se compara a la muerte, pero quien se detiene a comprender esas diferencias, nadie existiría si no fuera porque otro ser te dejo ese lugar, la abnegación de nuestra alma no comprensible aun por nuestro homero, esta lejos de crear conceptos altruistas en estas épocas de efímera luz y fe, la dicha de morir y estar anclado a la muerte de mis dioses me interrumpe en esta investigación…debo ser devoto al pacto…

“El ángel bajo del cielo para beber de la muerte vestido de luto, callo a los brazos de quien rezaba por las horas perdidas en el regazo de los ojos que yacían en el suelo cubiertos de sangre…”


¿Qué es un ángel?
Nuestra existencia elevada no puede creer en textos como estos. Los dioses están muertos, nietzsche lo dijo, la ciencia lo replantea como un dogma a la sociedad…y quien rezase por las horas perdidas olvida que no se puede pedir mas soledad de la que te otorga la sangre…Mil horas pasaron antes que los dio… no, no puedo continuar, todo esto esta alterando mis métodos de análisis, nadie puede condenar a quien no posee la verdad y esta verdad esta oculta junto a la razón misma de existir. Llevo años investigando esto y no se quien mierda me creo, porque humano, no poseo esa esencia, pero puedo transmitir mis propios pensamientos a la nada, en la misma nada que habito luego de la ultima exterminación humana…aun pienso que puede haber alguien que mantenga su existencia, debe existir aun escoria humana, mi análisis de sangre dirían que no hace mucho una colonia se estableció en este lugar, pobres bastardas, deben haberse matado por el hambre…mi propio silencio me inunda y predigo mi muerte a mil aeones de desesperante dolor…el tiempo que poseo es poco pero aun podré cumplir con mi misión dejando de lado mi existencia…

1 comentarios:

Matías Irarrázabal dijo...

Siento que es la rebelación en contra de preceptos idealistas que hacen de la compasión su forma de vida en las personas...y que debemos conformarnos con lo existente y lo material

buen texto

saludos cordiales

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