Grupo Asobe: El miedo es lo que tiene...

miércoles, 5 de marzo de 2008

El miedo es lo que tiene...

Yo salía del gimnasio, ya de noche y recién duchada. Mi pelo húmido y rizado se movía al son del viento, “Genial…” me dije “Vas a llegar a casa como si no te hubieras peinado” Eran ya casi las once cuando me di cuenta: las calles estaban desiertas, y las luces de los edificios apagadas.
Caminaba despacio mirando, cabizbaja, hacia el suelo. Crucé el paso de peatones como de costumbre, con las manos en los bolsillos. Una pequeña sensación de inquietud me invadió por un instante en el cuerpo; pero eso siempre me pasaba cuando iba sola por las penumbrosas calles de Los Montesinos. Veía cómo el único bar abierto entre semana a aquellas horas lo cerraban cuando yo pasaba por al lado. En mi cabecilla retumbaba una música siniestra, parecía una banda sonora de una película de miedo; (fruto de mi imaginación, por supuesto) entonces aceleré mi paso porque veía cómo lentamente el miedo se agudizaba en mi interior. Y sentía las llaves dentro de mi mochila sonar al ritmo de mis pasos; y mis pasos haciendo eco en la infinidad de la calle, larga, ancha, con edificios a los laterales (altos, siniestros). Miré, y no sé porqué tuve ese impulso, hacia el balcón más alto de todos. Me estremecí al contemplar los ojos de una niña pequeña mirándome de reojo. “Vamos Irene” decía una voz que provenía de dentro de la casa “Es tarde” y veía cómo la niña se adentraba a su comedor todavía mirándome. Yo aparté la vista… ahora sí que comencé a tener miedo de verdad. Todo lo que veía estaba relacionado a un vínculo de maleficios expuestos sobre mí; nada era bueno y todo era tenebroso. Me volví a parar, pensativa, cuando vi la señal de “stop”, llegué a pensar incluso que aquello era una advertencia de que no prosiguiera con mi andar, que diera media vuelta; pero el miedo a no llegar a casa era más fuerte, y de nuevo aceleré mi paso. Cada vez que cruzaba, veía un “stop” al lado mío, y cada vez que ya lo había cruzado, veía uno nuevo, lentamente acercándose hacia mí. Miles de “stops” me parecieron ver. Para, para, para… No prosigas tu camino…
Parecía una loca histérica que acababa de perder un poco el control de sus propios pensamientos. Pero llegó el último tramo. Bajé las escaleras del parque para cruzarlo y así no tener que dar la vuelta. Mi edificio estaba enfrente, pero me parecía inalcanzable. Todas las luces de los demás balcones estaban encendidas, a excepción de la mía… ¿Otra señal más? ¿Oscuridad gobernando en mi casa? Volví a subir las escaleras del parque cuando lo hube cruzado; era ya la recta final. Por desgracia, vi cómo la vecina desnuda y con los senos al aire bajaba rápido la persiana porque se había percatado de que la estaba observando. Me estremecí… aquello si que fue tenebroso, pensé.
Las llaves seguían haciendo ruido, pero no por mucho tiempo; las cogí y con ellas abrí la puerta de la entrada. La puerta chirrió, y yo, rápidamente, encendí la luz. Suspiré a la vez que cerraba, sin perder el tiempo, la puerta: ya estaba a salvo… o eso creía. Subí en el ascensor, me pareció más lento que de costumbre. Cuando se abrió la puerta, estaba aferrada a mí misma por lo que me pudiera encontrar en el segundo piso, que era donde vivía. Pero no hubo nada. Lentamente fui abriendo la puerta de mi casa… Cuando la entorné para ver si de verdad dentro me esperaba lo peor, y no contemplé nada, la abrí del todo. De repente vi a alguien pegar un salto del cuarto de aseo hacia el pasillo, (donde yo me encontraba). Yo pegué un bote en el sitio y grité despavorida, hasta que oí el estallido de un ataque de risa. Encendí las luces súbitamente, y pude contemplar que era mi hermano de siete años quien me había asustado… Yo, todavía con el corazón en la garganta del susto atroz, le pregunté enfadada “¿Qué haces a estas horas despierto?” “Jolines, Laura… ¿es que uno ahora no puede ir a mear?”

Laura Martínez. 2006.

4 comentarios:

Jaime Daniel dijo...

Tan fea era la vecina!!!

... La léctura ha sido frenética, el final inesperado!!!

me encantó era como si hubiese estado caminado al lado tuyo todo ese trayecto!!!

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

jaja, me encanta por Diooos!!! Eres muy buena,tíaaa!!! Lo sabes, no te lo tengo que decir, sigue así que llegarás lejos.

Un saludo

Pau dijo...

Lau, siempre tan inesperada...
Te confieso que un comienzo me fui en la profunda con la lectura, y sentí, que a veces uno anda así por la vida, como en una calle desierta a altas horas de la noche, con miedos, con incertidumbres, con pensamientos negativos...sin embargo, como al final de tu texto, siempre viene lo inesperado, lo que te despierta del letargo y te das cuenta que la vida es divertida y merece la pena vivirla.
Un abrazo

Paulina dijo...

Me encantó este escrito!!!!
Genialísimo ;), te deja con el suspenso hasta último minuto, da la sensación adrenalínica, como ese "corre y no pares".
Felicitaciones Lau, tienes pasta!!!
Saludos!!!

Publicar un comentario

Para ser parte de nuestro Staff, y discutir temas de relevancia, contáctese al mail asobe@mailcustody.com